Solventados problemas informáticos y personales retomo el blog con un corta y pega sobre Catalunya publicado por Vicenç Navarro en su Blog. Claro como el agua su tratamiento del nacionalismo catalán y la manipulación informativa de TV3.
Aquí el artículo original
Artículo publicado por Vicenç Navarro en el semanario EL TRIANGLE, 28 de junio de 2010
Este artículo muestra que el retraso social de Cataluña no se debe exclusivamente o primordialmente al déficit fiscal que Cataluña tiene con el Estado español sino que responde a la excesiva influencia política de las clases pudientes en Cataluña que no pagan los impuestos que pagan sus homólogos en el promedio de países de la UE-15.
En Cataluña el tema nacional ha absorbido la atención mediática y política del país. El enorme retraso social de Cataluña, por ejemplo, se ha atribuido al déficit fiscal de Cataluña respecto al estado central español. Es decir, el hecho de que el gasto público social por habitante esté a la cola de la UE-15, incluso ahora, después de un considerable aumento en gasto público social ocurrido desde 2003 (como consecuencia del cambio político que tuvo lugar en nuestro país), se explica porque Cataluña recibe del Estado Central menos dinero que lo que sus ciudadanos aportan al Estado Central (después de descontar los gastos de solidaridad con el resto de España –que pocos catalanes cuestionan- y gastos del Estado que cubren servicios generales como defensa y servicios diplomáticos, entre otros). Cataluña, cuyo PIB per cápita es ya el 119% del promedio de los países más ricos de la Unión Europea, es decir, de la UE-15, se gasta en su estado del bienestar (o lo que es lo mismo, su gasto público social por habitante), sólo un 73% del promedio de la UE-15. Y ello se debe –se nos dice por el discurso dominante en Cataluña- a una explotación de la nación catalana por parte del Estado español. Y toda una serie de mensajes, claramente rentables desde el punto de vista político, se han estado promoviendo por los nacionalistas conservadores y neoliberales, (habiendo sido los medios públicos de información y persuasión catalanes más importantes -Catalunya Radio y TV3- los mayores promotores de tal mensaje), lo cual, añadido al comportamiento anticatalán del Tribunal Constitucional (en cuya composición la ultraderecha está bien representada) explica un surgimiento considerable del independentismo. Tal Tribunal se identifica como España y da pie a toda una serie de tesis de explotación nacional en la que el Estado español explota a Cataluña.
Una solución a esta situación, promovida por TV3 en su programa “Adeu a Espanya?” es la separación de Cataluña del resto de España. Tal programa, claramente propagandístico (pues no se permitió ninguna voz desfavorable a esta opción) se presentó al público vidente, por parte de la directora de TV3, Mònica Terribas, como apolítico. Y lo dijo con toda seriedad frente a la comisión supervisora del Parlamento Catalán. Hace sólo dos semanas tal directora vetó en TV3 un programa en el que se debatía si el mejor régimen para España sería una República o una Monarquía (en el que habían voces a favor y otras en contra), por considerarlo poco equilibrado y demasiado político. La incoherencia de tal persona alcanza niveles escasamente defendibles en unos medios públicos que debieran ser pluralistas y democráticos, y que no lo son. Es la mera instrumentalización de unos medios públicos por la dirección corporativista de tal empresa.
El problema con tal interpretación del déficit social no es que no haya una explotación nacional (que la hay y que debe corregirse, como está haciendo el gobierno de izquierdas de la Generalitat, con el acuerdo del gobierno socialista español), sino que ésta no es la mayor causa del subdesarrollo de la Catalunya social. La mayor causa es la explotación de clase que el énfasis en la explotación de nación ha ocultado, en muchas ocasiones deliberadamente, por parte de los nacionalistas conservadores y liberales (CIU), pues son sus comportamientos en defensa de sus intereses de clase que explican en gran parte el déficit social de Cataluña.
Veamos los datos. Cataluña debiera gastarse, por el nivel de desarrollo económico que tiene, 8.210 euros estandarizados per cápita (euros estandarizados son euros modificados en su valor monetario para adaptarlos a una unidad de compra que tenga la misma capacidad adquisitiva en países de distinto nivel de vida). En 2007 (último año que la agencia estadística de la UE, Eurostat, publicó datos homologables para toda la UE) se gastó 5.475 e.e., es decir, 2.735 e.e menos de lo que deberíamos gastarnos. Si el déficit fiscal de Cataluña con España no existiera (es decir, que Cataluña retuviera los fondos aportados al Estado una vez descontados los gastos de solidaridad y los gastos del Estado central, como Ejército, Diplomacia y otros), ello significaría que Cataluña se gastaría 965 e.e más que ahora por persona en su estado del bienestar. Pero todavía quedaría un déficit de 1.770 e.e per cápita, que tiene que ver con la explotación por clase social, pues tal déficit se debe a que el 30% de renta superior de la población catalana (la burguesía, pequeña burguesía y clases medias de renta alta, que tienen un enorme poder político y mediático en Cataluña) no contribuye a las arcas del Estado lo que contribuyen sus homólogos en el promedio de la UE-15. Y lo que no se dice es que las políticas públicas promovidas por los nacionalistas conservadores y liberales (de reducción de impuestos y de reformas fiscales regresivas)y que son aprobadas en alianza con las mismas clases a nivel del Estado español, han facilitado el crecimiento de este enorme déficit, ocultándolo mediante el discurso de explotación nacional altamente movilizador. Y, ni que decir tiene, ni TV3 ni Catalunya Ràdio han dicho nada. Su “costra nacionalista” oculta la “costra neoliberal” que tipifica estos medios. En realidad, uno de los mayores obstáculos para poder resolver este déficit social es la campaña de ocultación de la existencia de una lucha de clases brutal en Cataluña en que las clases vencedoras de tal lucha controlan la gran mayoría de los medios de persuasión. Así de claro.
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