Leer los textos de Javier, continúa siendo una delicia. Releo al menos un par de veces al mes lo publicado en mis RSS. Siempre me sorprenden. Parecen escritos hace unos pocos días, y espero la sorpresa de leer el último párrafo para conocer la fecha en que se publicaron ,y descubrir que han pasado cinco, o diez o veinte años. Me invitan a reflexionar.
El último párrafo de su escrito para el diario «El Mundo» de 13 de diciembre de 1.991 (HACE CASI 20 AÑOS) dice así:
Quedamos, por último, los que preferimos no hablar del pasado no porque no nos guste, sino porque hemos comprobado que recordar no sirve para nada: nadie nos oye. Así que recordamos, pero no lo decimos. Por lo menos cuando no nos tocan demasiado las narices.
Para el nuevo año me fijaré, por primera vez en mi vida, en objetivo irrenunciable, poner en práctica lo aprendido del maestro. Repetiré la lectura del artículo al menos una vez al mes. Prometo apuntarlo en todos los artilugios electrónico que manejo para no olvidar lo obvio: «hemos comprobado que recordar no sirve de nada: nadie nos oye».
Es la primera vez que nombro a Javier sin su apellido «Ortíz». Será porque me siento cada vez más cerca de sus reflexiones. Gracias maestro.